Doble homicidio en Valle: esposos fueron sacados a la fuerza de su vivienda y los torturaron hasta causarles la muerte.

Los cuerpos fueron enterrados en una zona boscosa, donde finalmente fueron ubicados por las autoridades
Las autoridades revelaron detalles del hallazgo de los cuerpos de la pareja de esposos que fue secuestrada en el Valle del Cauca, donde la violencia en las zonas rurales no cesa. Las víctimas fueron identificadas como Mesías Escalante Murcia y María Yaneth Molina Hurtado, que fueron sacados de su finca por hombres armados.

La pareja que era reconocida por su trabajo en la región, fue secuestrada en la vereda Coloradas, corregimiento de San Antonio, municipio de Sevilla, donde tenían su finca. Posteriormente, fueron trasladados a Altomira, jurisdicción de Tuluá, donde finalmente fueron asesinados.
Las autoridades confirmaron el hallazgo tras una operación conjunta entre la Policía y el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General de la Nación, que localizaron los cuerpos enterrados en una zona boscosa.

Los reportes preliminares indican que los cadáveres presentaban señales de tortura, estaban atados de pies y manos y mostraban heridas producidas con armas blancas. Este nivel de violencia ha generado una profunda indignación entre los habitantes del departamento.
El doble homicidio permanece rodeado de incertidumbre, ya que hasta el momento no se ha hecho público el móvil del crimen, pues las autoridades manejan varias hipótesis, entre ellas la posibilidad de que el caso esté vinculado a conflictos por tierras o a la acción de estructuras armadas ilegales que operan en la zona montañosa del centro del Valle del Cauca.

Ante la incertidumbre, la Fiscalía avanza en la recolección de testimonios y evidencias para esclarecer los hechos y dar con los responsables de este brutal ataque que generó preocupación entre los demás habitantes de la región.
Familiares de las víctimas exigieron celeridad en el proceso investigativo y demandan garantías de seguridad para los habitantes de la zona rural, donde, según denuncias, se han presentado casos de intimidación, extorsión y presencia de grupos armados. Los allegados a las víctimas los recordaron como personas trabajadoras, queridas en su entorno y sin antecedentes ni vínculos con actividades ilegales.

El crimen desató una ola de rechazo por parte de organizaciones defensoras de derechos humanos y de líderes comunitarios, que reclaman una mayor presencia del Estado en las áreas rurales del departamento. Incluso, un líder del corregimiento San Antonio expresó lo siguiente: “Estos crímenes no pueden quedar impunes. No podemos permitir que el miedo vuelva a apoderarse del campo vallecaucano”, según el medio local Tu Barco News.
Mientras continúan las labores de inteligencia para identificar a los autores materiales e intelectuales del doble homicidio, la comunidad de Sevilla y Tuluá permanece en luto. Además, se están adelantando las diligencias judiciales y se lleva a cabo la programación de los actos fúnebres de la pareja.

El caso se suma a una preocupante lista de homicidios registrados en zonas rurales del Valle durante el último año, lo que ha encendido las alarmas sobre la persistencia de la violencia en territorios vulnerables.
De acuerdo con la información oficial sobre lo ocurrido, en la noche del 31 de agosto de 2025, los cuerpos de la pareja fueron trasladados de regreso a Sevilla. Por ahora, las autoridades esperan que el Instituto Nacional de Medicina Legal determine con precisión las causas de los asesinatos, teniendo en cuenta que existen versiones que señalan que las víctimas permanecieron amarradas y murieron a causa de heridas provocadas con arma cortopunzante o blanca.

Cabe mencionar que en Sevilla fue secuestrada la médica Daniela Hernández Montoya, que fue retenida el 14 de agosto cuando fue a recoger a sus hijos al colegio. Pese a que los menores de edad estuvieron en cautiverio unas horas, los criminales decidieron entregarlos y su madre fue liberada 12 días después.
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